28 mayo 2008

Cogida de muerte.

El otro día hablé de la economía, usando el símil taurino. Creo que me quedó bastante bien. Así que hoy voy a repetirlo. No me puedo creer lo que he oído (porque leer lo he leído poco, ya que la mayoría de los periódicos gratuitos son pro gobierno, haga lo que haga). El famoso superavit de las cuentas pública, se puede esfumar igual que el año actual. No lo entiendo. Hasta hace bien poco, España tenía una economía muy saneada aunque se estaba empezando a ver afectada por una ligera recesión o desaceleración que era de todo menos preocupante. La cuenta spúblicas estaban por las nubes y sobraba dinero para realizar mucho planes sociales, por otro lado, caballo de batalla de este gobierno. Es lo que tiene ser de izquierdas, supongo. Pero resulta que no. Que, o no había tanto como se decía, o se gasta más rápido de lo que se genera, o la que cosa no va tan bien como se cree. Yo creo que es una mezcla de las tres. Pero la cosa es que al torero, después de algún que otro revolcón, el toro le ha cogido. Le ha cascado pero bien. y todo ha sido por no oir a la afición. Puede que haya algunos que no sepan, pero otros son muy entendidos y saben de lo que hablan. En lo que llevamos deño, el superávit se ha reducido a la mitad. ¿Cómo ha sido eso, señor Solbes? ¿Cómo ha podido permitirlo, señor Zapatero? Este gobierno ha recibido muchas herencias del gobierno anterior (y no me refiero al anterior de Zapatero). Una de ellas, de las más importantes, por no decir la que más, era una economía en marcha. Con buena salud. No tan buena para los bolsillos de los ciudadanos, pero si para los de la nación. Pero resulta que, si cada vez se recauda menos por la declaración de la renta, ¿como se va a pagar todo lo que se promet hacer? ¿O como se cobra la gente los cheques en blanco que nuestro presidente tiene que pagar todavía por los favores prestados? Para acabar con la inmigración ilegal, se da dinero y se envía gente (militar y civil) a los países desde donde viene la gente. Para que no se salten las vallas de Ceuta y Melilla, dinero a Marruecos. Que hay una zorrera en alguna parte del mundo, allí enviamos tropas o policías. Resulta que el otro días, se destapa el señor ministro de Trabajo (que, como le dije a uno, que apellidándose Corbacho, no se si creer que está de coña) diciendo que se va a pagar a todos los inmigrantes que quieran volver a su país, todo el paro de golpe. O sea, te cuenta Dios y ayuda a uno que se lo den para montar un negocio en su pueblo, y a uno de fuera, se lo dan así. Es una forma de invitarle a que se vaya. También se quiere poner en marcha un plan para recolocar a todos los trabajadores excedentes de la construcción. Claro, en el momento que la economía se reactive y se empiece otra vez a construir, habrá que solicitar de nuevo mano de obra. Y vendrán los que se fueron con el paro entero en el bolsillo. Y está el "no trasvase" para Barcelona. Y las infraestructuras que se han concedido a determinadas autonomías (porque algunas se lo tienen que pagar ellas y luego el gobierno, si eso, les da algo). Y las ayudas que se deberán de dar a pesacadores y transportistas por la subida del carburante. Y si sale adelante la propuesta de Sarkozy de bajar el IVA de las gasolinas, igual no se les dan ayudas, pero alguien dejará de ganar dinero. y a fin de cuentas, es de lo que se trata todo ésto. De dinero. Y de ganar.

12 mayo 2008

El buen torero

Hay toreros de leyenda, al igual que hay ganaderías de leyenda. Mihura, Victorino, ... Éstos son sólo dos ejemplos de ganaderías que, por si sólas, llenan una plaza sin importar quien torea. Claro, que estas corridas son para gente con nombre. Se da por hecho su bravura y su planta. Buenas hechuras en general. También se supone que no sean fáciles de lidiar pero, si se logra una gran faena, todo el mundo hablará de ese gran toro, de ese gran torero y de ese gran trabajo. Se entiende que una ganadería nueva nunca sabes por donde te va a salir, igual que un torero nuevo aunque hubiera apuntado como novillero. Y poco a poco le vas cojiendo el truco para sacar la mejor faena posible. El buen torero sabe como debe lidiar el toro según le ve reaccionar a los diferentes pases. Y ese torero cada vez a más, porque intenta cosas nuevas. Si le salen, las sigue usando y mejorando. Que no, pues a otra cosa, mariposa. El mal torero, en cambio, se dedica a copiar los movimientos del bueno, sin fijarse en el toro lo más mínimo. ¿El resultado? Revolcón tras revolcón. Pues algo parecido es la economía de un país. El torero es el ministro de economía o la política económica del gobierno. El toro, la economía en si. Cuando hay crisis, el toro es muy bravo y las políticas han de ser firmes para torear los diferentes envites y problemas que la lidia puede llevar y levantándose tras cada revolcón. Y, por supuesto, viendo en donde se ha fallado para no cometer ese error de nuevo evitar otro revolcón. Durante los dos gobiernos de Aznar, el torero salió airoso antes las fuertes embestidas porque se había visto como se toreaba en las dos últimas temporadas. Y aunque el toro tiró buenas embestidas, el torero de turno fue solventando la papeleta como si aquello fuera fácil. Pero resultó que con eso fue con lo que se quedó el mal torero que vino después. Que aquello no debía ser muy complicado. Pero resultó que si lo era. O su apoderado así lo vió y cambió de espada. A aquel lo tenía para torear en otra plaza de la que salió corneado y malherido. Pero claro, si sale así de esa otra plaza (Madrid), como hubiera salido si no le cambian. El apoderado (Zapatero), colocó como primer espada a uno que ya estuvo antes en ese puesto. Pero no se dió cuenta de que el toro con el que Solbes lidió ya no era el mismo, ni los años tampoco. Y así ha pasado. Da la impresión que estas corridas son como las de José Tomás. No hay cámaras. Así, sólo los que las ven, pueden opinar. Pero los que están, en su mayoría, son los que el torero, el apoderado y su cuadrilla quieren que estén, para hacer frente a los que van a poner en su crónica que la corrida se lidió muy mal. Nuerstra economía está en crisis. Pero la economía de las familias. A esas a las que no les suben los sueldos por encima del IPC. A esas a las que los alimentos básicos están empezando a ser casi de lujo. A esas a las que se les compra la materia prima a un precio irrisorio mientras les suben los impuestos. Esa es la corrida que hay que lidiar. No esa que dice que vamos a crecer más que la media europea, cuando la tasa de desempleo sube, cuando las hipotecas suben, cuando la gasolina sube, cuando el pan sube ... Y no se ve que el torero haga una faena para cortarle una oreja al toro. Pitos. Como mucho, silencio. Sin vuelta al ruedo.
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