Amores reñidos son los más queridos. Quien bien te quiere de hará llorar ..... Hay muchos dichos y refranes en la cultura española que juntan y relacionan términos opuestos. En este caso, y gracias a la insistencia de Gema, una de mis compañera de clase y nuestra Quedated Organization Manager, hablaremos de amor y odio.
Todo el mundo sabe que no puede existir una cosa si no hay otra. Aquí tenemos que sin amor, no hay oido y no puedes odiar si no sabes lo que es amar. El yin y el yan. Realmente no se la veces que dije ésto ayer en la Covadongaquedada. Es lo que pasa cuando a uno se le ocurre una tontuna. Pero a lo que vamos. Uno no puede amar a todo ni odiar a todo. Lo malo de hablar de amor y odio puede sonar muy radical. Sobre todo, odio. Así que lo cambiaremos por gustar y no gustar. Pues eso, a nadie le puede gustar todo o no gustarle nada. Eso pasa por una razón muy sencilla. Se terminan cansado. Y a la gente no le gustan que haya cosas que le cansan. ¿Veis como no puede haber gente a la que le guste todo? Es más fácil ser negativo. Así, si lo que viene no gusta, no pasa nada pero es una alegría que llegue algo que guste. En cambio, si se espera que va a gustar todo lo que viene, es una gran decepción que no lo haga. Pero volviendo a usar los términos amor y odio, siempre que se utilizan suele ser para referirse a personas. Pero nunca dicho por uno mismo. Por ejemplo, yo puedo decir que no me gusta Carmena y eso hace que alguien diga que odio a Carmena. Es así de simple. Nada ama todo. A nadie le gusta todo. A nadie le gusta que a alguien le guste todo porque no sabe si lo que le gusta a el ..... bueno, que si pongo lo que iba a poner me lío y no me gusta liarme. U odio liarme. Además, dudo mucho que a la gente le guste que me lie porque odia que me lie. Hala, ya me lié hablando de odio y no gustar. Lo odio.
30 junio 2017
Amor odioso. Odio amoroso. Dedicado a mi amiga Gema.
28 junio 2017
Comida habitual. Hábitos de comida.
En los últimos tiempos se ha puesto de moda el cuestionar el modo de vida que lleva la gente. Cómo viven, cómo visten, cómo trabajan .... y, por supuesto, cómo comen. Parece ser que nadie, salvo los cuestionadores, comen "decentemente" aunque habrá que ver que hacen en privado. No hay más que ver cómo criticaba Ramón Espinar a Coca-Cola pidiendo a la gente que no la consumiera y él la tomaba de dos en dos. Aunque eso es otra historia.
El tema de la comida, como en otros casos, es uno de esos de los que tengo pensado escribir algún artículo. Pero ayer, hubo dos hechos que me hicieron lanzarme. No sé si alguien ha visto la serie Las reglas del juego (Leverage como título original) donde un equipo formado por una ladrona, una estafadora, un hacker, un luchador y comandado por un antiguo investigador de seguros, se dedican a cambiar las reglas del juego haciendo el Robin Hood. Es una serie que me enganchó aunque no la vi entera, cosa que voy haciendo ahora. Bueno, al lío que me lío . El capítulo de ayer trataba sobre comida congelada envasada que estaba contaminada pero que el vicepresidente de la compañía no quería retirar porque era más costoso eso que pagar indemnizaciones a la gente afectada. La comida envasada es uno de los caballos de batalla de los cuestionadores. Toda ella es mala porque no cumple los requisitos mínimos. Puede que sí pero, ¿toda? Entre los muchos trabajos que he tenido, en dos de ellos tuve que ver con envasado de comida. El proceso era el mismo. Se ponía el producto en bandejas, se cubrían con plástico, se pesaban, se etiquetaban y se sacaban a los expositores. En un caso era carne y en otro, fruta. Todo tratado correctamente por la gente que lo distribuía. El otro caso fue ese típico aviso que ahora se manda por whatsapp alertando de algo. Este tipo de avisos son falsos en un 99% y el otro 1%, no es verdad. Lo envuelven en situaciones de lo más normal para que alerte más. Este caso era de una familia que había ido a pasar un día en el campo con la comida y latas que habían comprado pero por beber de ellas, dos personas enfermaron y murieron a los dos días. Eso hace que la gente recele de las latas porque lo que no suele hacer nadie es buscar la enfermedad o la bacteria que la causa. Bueno, nadie menos yo. Porque usan nombres tan raros que podrían ser falsos. Pero, en este caso, no. El resultado de la investigación es que existe la enfermedad pero que no causa muerte ninguna. Ni a personas ni a animales.
Todo este rollo viene a que hay gente que, como decía al principio, dice que comemos mal. Eso de las cinco comidas. Eso de las verduras. Eso de no azúcar. Eso de no tomar grasas. Hay gente que, como en el caso que contaba antes, se lo cree y lo sigue a pie juntillas sin saber si es bueno o malo que siga esas recomendaciones. Pero lo hace porque lo ha oído y claro, todo lo pintan muy mal. Hay gente que tiene falta de azúcar. Hay gente que no puede tomar verduras o, simplemente no le gustan. O las hortalizas. A mí no me gusta las berenjenas ni el calabacín. Y no me he muerto. No tomo repollo desde hace años. Tampoco tomo brócoli porque es como no tomar nada. Tomo café con leche y azúcar. Leche semidesnatada porque no se va a tener tres tipos de leche como pasa en las series de televisión. Ese café es lo que desayuno. No almuerzo ni meriendo. ¿Porqué son necesarias cinco comidas? Tomarse una bolsa de patatas fritas no hace daño. Otra cosa es comerse cuatro cada día. Como hamburguesas, pizzas o perritos calientes. El abuso es lo que es malo. Pero el abuso de todo. Hasta el abuso de recomendaciones. Así que, como no recomiendo que nadie me lea ni que coma o beba tal cosa, me despido para no abusar.
27 junio 2017
Desigualdad discriminatoria. Discriminación desigual.
23 junio 2017
Payasada gilipollas, gilipollez payasa.
La verdad es que no tenía muy claro el nombre de este artículo que tenía pensado escribir desde hace tiempo. Pero, dándole vueltas, me surgieron estas dos palabras.
La Copa de Europa de toda la vida (yo la sigo llamando así), pasó a llamarse Champions League y desde hace un tiempo ha perdido el League.
Los 8 días de Oro de El Corte Inglés, han pasado a 15.
Esos son dos de los ejemplos que me recuerdan al Día del Orgullo Gay. Primero perdió el Gay y ahora sólo es Orgullo. Luego, pasó de un día a una semana. Y ésto es lo que me parece una gilipollez o una pasayada. O ambas. Hay para elegir una si se decide elegir.
Pero antes de que el mamarracho de turno se me eche encima, como soy como soy, explicaré la razón por la que digo lo que digo.
Ninguna mayoría se forma de una mayoría ya que es un conjunto de minorías. Para que todo el mundo lo entienda, diré que el equipo de fútbol que se dispone a jugar un partido es una mayoría formada por dos minorías: una formada por los que saltan al campo y otra, el banquillo. Cada una de ellas, por si sola es una mayoría formada por minorías y así hasta que se llega al conjunto formado por un sólo elemento, que tenía un nombre que ahora no recuerdo. Ya sé que queda el conjunto vacío pero no cuenta para las mayorías. Bien, todos los integrantes del equipo tienen los mismos derechos que son estar en el campo y ver el partido. La minoría de los jugadores tienen el mismo derecho a jugar .... Más o menos se entiende. Pues bien, el colectivo LGTBI es una mayoría formada por las minorías L, G, T, B e I. Sé lo que es cada minoría menos la I. Y también habrá intersecciones. Tampoco se qué pintan los B. Pero bueno, ellos se organizan. ¿Porqué lo veo una gilipollez? Las minorías luchan por formar parte de una mayoría para tener los mismos derechos. Pero, una vez que lo consiguen, lo que no entiendo es porqué se reivindican como minoría. Si alguien les pregunta, dirán que es para reivindicar sus derechos. Y, a éso, yo preguntaría por los derechos que reivindican. Porque no lo se. Otro ejemplo. A menos que vaya por la calle con una camiseta y una bufanda del Atleti y cantando el himno, nadie que se cruce conmigo y no me conozca, sabrá de qué equipo soy. ¿Acaso una persona LGTB no puede hacerlo? En ninguna de las entrevistas de trabajo me han preguntado por mi orientación sexual. ¿El que se pudiera preguntar podría influir para conseguir un trabajo? ¿Qué derechos tengo yo que no tienen ellos? Veo a un tío amanerado, de aspecto muy cuidado y voz fina y pienso que es gay. ¿Eso es malo? Veo a una chica con aspecto de chico, tanto en aspecto físico o forma de actuar y pienso que parece un tío. ¿Eso es malo? Pues quien piense que sí, que melosplique. La única forma que se sepa que una persona es gay o lesbiana es que vaya de la mano, abrazada o esté besando a su pareja y que ésta sea del mismo sexo. ¿Y un bisexual? ¿Qué problemas tiene? Antes de que saliera la noticia, alguien se cruzaba con Fernando Tejero ¿y sabía que era gay? ¿Ha tenido menos papeles por ello? ¿Acaso alguien se imaginaba que Elena Anaya era lesbiana? ¿Ha dejado de trabajar? Tenían problemas para algo tan normal como era casarse hasta que se autorizó. Tan normal es que hasta la primera pareja gay que se casó se divorciaron. Hasta Gallardón casó un alto cargo del PP (creo que era Maroto) con su novio. Creo que lo único que no pueden hacer es adoptar. Y no sé porqué. ¿Acaso van a ser peores padres o madres por ser pareja homosexual? Para mí son personas. Y como tales tienen sus derechos y sus deberes. Ni más ni menos que yo. ¿Qué son perseguidos en algunos países que presumen de avanzados? Será porque su cultura es de una manera diferente a la nuestra. ¿Se puede cambiar eso? Puede. Pero de la misma manera que otros colectivos son perseguidos, de la forma que sea, en otras partes y de eso no se habla. ¿Qué hay gente a la que no le gusta que los homosexuales actúen como cualquier pareja? Cierto. ¿Y? Si unos son libres para una cosa, los otros también. Siempre con respeto. Contaba Moncho Borrajo que un día iba por Chueca detrás de una pareja gay. No recuerdo a qué zona llegaron pero se soltaron de la mano. Él les llamó la atención para decirles que uno no es gay sólo en una zona de la capital sino por todas. Si el colectivo LGTB tiene que reivindicar que lo son, ¿porque no hay un día en que nos reivindiquemos los heterosexuales? O los que llevamos gafas. O los que tienen un incide de masa corporal alto ..... Una mayoría está formada con minorías. Y si se pide igualdad, cada minoría debería tener un día para reivindicarse. Todo lo que quiera vender fuera de eso es una mariconada.
21 junio 2017
Carta abierta a Amancio Ortega
Estimado Sr. Ortega.
No dudo que usted sabrá que, por alguna razón, la gente es envidiosa. Poco o mucho. Pero lo es. A veces es sana. A veces, no. Pero lo es. Se tiene envidia de quien tiene un móvil o un televisor como para no tenerlo de alguien con el éxito en la vida que ha tenido la suerte de tener usted. No quito que se lo haya currado. Supongo que igual que Pepe Barroso empezó vendiendo camisetas, usted empezaría desde abajo. A menos que fuera de familia acomodada y el negocio lo heredara. Sé que todo ésto podría saberlo navegando por Google pero prefiero suponer. Es más divertido. De usted sólo se habla cuando se habla de hombres ricos. Y ahí es donde viene la envidia. En mi caso, por ejemplo, envidio tener una parte de su dinero. Claro que como no lo tengo, me quedo con éso. De tenerlo, igual quisiera tener más. Aunque eso también lo quiere mucha gente. Pero se puede tener todo es dinero por lo legal o no. O por lo vago. Luego, la gente puede tener envidia por su dinero. No se cree que todo sea legal, que si las fábricas del sudeste asiático son casi cárceles y su trabajadores, esclavos. Yo no puedo decir ni que si ni que no porque no lo se. Esa gente tampoco pero como lo dice alguien de confianza y/o usted no le gusta, pues lo toma como verdad absoluta.
Pero esta carta no es para hablar de su dinero. Bueno, si. Es para eso. En parte. Por que, realmente es acerca de lo que hace con él. De como lo gasta. ¿Y para eso escribirle una carta?, pensará más de uno. Cierto. La pregunta tiene respuesta fácil. Como le da la gana como todo el mundo. Pero a diferencia de mucha gente (o de alguna, nada más), usted usa su dinero para ayudar a la gente. Esa es la razón de la carta. Dona, porque así lo quiere, dinero para Sanidad. Pero no para que ellos se lo gasten en lo que quieran, no. Es para comprar aparatos para atender a gente que tiene cáncer. Y, como siempre pasa en este país, ha habido gente que ha puesto el grito en el cielo. Los de la envidia insana que, parece, está en contra del Gobierno. Eso según he leído. Habría que ver si esa donación se hubiera realizado hace seis años se hubieran puesto como se han puesto. Es más, me gustaría que algunas de esas personas que han puesto el grito en el cielo tuvieran algún familiar o conocido con cáncer y tuvieran que tratarlo con una de las máquinas que va a comprar. Pero tampoco tengo dudas de que gente de esa acudirá a la sanidad privada. Olé ahí. Pero como dije antes, usted tiene dinero y hace con él lo que quiere. Que podría dejarlo en un banco o invertir en valores seguros si es que los hay. O hacerlos en empresas radicadas en paraísos fiscales. Pero no. Ha decidido hacer algo por gente que padece una de las enfermedades más terribles que hay. Y por eso le aplaudo. A aparte de mí, mucha más gente.
Pero sólo le quiero pedir una cosa. Sé que esa solidaridad, que me suena mejor que generosidad, no la va a dejar. Pero acuérdese de los investigadores. Ellos tienen, parece, buena fama pero, a falta de dinero, usan las becas que les ofrecen fuera para hacer lo que les gusta intentado encontrar cura para enfermedades varias como para esa para la que usted ha donado dinero para comprar máquinas.
La gente debería acordarse de eso y no de la posición que ocupa en la lista Forbes. Parte de mi familia ha muerto de cáncer. No se si alguna de esas máquinas les hubieran salvado de haber vivido en esta época. En aquellas, cáncer era muerte. Sobre todo porque sólo se podía diagnosticar cuando no quedaba esperanza.
Le aplaudo. Le aplaudo y le animo. Usted puede. Y no solo puede sino quiere.
Un saludo.
15 junio 2017
Difamación publicitaria. Publicidad difamatoria.
Todo el mundo sabe que estamos en la época de la publicidad. Se publicita para vender. Da igual lo que se venda, cómo se venda, dónde se venda y por qué se vende. La cosa es vender. Es el consumismo dirá alguien. El capitalismo, dirán otros. Vender no es intercambiar algo por dinero o convencer a alguien para que gaste dinero en algo que, igual no necesita. El comercio ha existido siempre. El trueque es comercio, me diga la gente lo que me diga. Al menos esa es mi idea. Pero eso es otro tema. La publicidad, desde que se empezó a usar, sirve para hablar de las excelencias de algo o alguien. Por algo las campañas electorales las llevan publicistas. Eso sí, no siempre son cosas buenas sino, a veces, son las cosas que no tiene el producto rival. Porque no se engañe nadie. La publicidad busca que algo de un fabricante destaque frente a otros algos de otros fabricantes.
En esta época, que he llamado en más de una ocasión de los titulares, la gente se cree lo que lee en su periódico u oye en su emisora de radio, cadena de televisión o en los labios de su amigo o en su bar. En ningún momento se para a pensar si eso es cierto o no. Lo cree o no. Y así lo expresa cuando lo cuenta, con tanta certeza como si hubiera estado allí cuando pasó algo o alguien dijo algo.
Publicidad. Se puede hacer bueno algo malo. Se puede hacer malo algo bueno. Pero también se puede ensalzar algo bueno o hundir algo malo. Como por ejemplo, comprarse unos zapatos castellanos en Xti. En cuatro meses me he comprado los mismos pares que en los tres últimos años y ambos pares se han roto (el último aún está en ello) por el mismo lado. ¿Mala suerte o mala fabricación? Esta cultura del titular, esa forma de hacer creer lo que no es y que la gente difunda tu mensaje es un nuevo significado del "cría cuervos y échate a dormir". Alguien hace tu trabajo. Para que la gente lo entienda es como "Sálvame". Todo el mundo habla de cosas de gente, preguntas que donde lo ha oído y te responde que lo han dicho en Sálvame. Publicidad.
Pero todo ésto viene por algo que oí en el metro el otro día. Dos mujeres hablaban sobre algo relacionado con el gobierno franquista. No se qué era ni, como en estos casos, si lo supiera, sabría si era verdad o no. Pero el tema iba en torno a lo que una llamaba difamaciones acerca del tema. Tampoco sé si era algo que había leído, oído o escuchado o eran ideas propias. Pero en un país "opresor" como éste, cada uno puede expresar sus ideas y los demás, opinarlas y comentar sobre ellas (si, ya se que está puesto al revés). Sea verdad, sea mentira. Se difama para publicitar. Se publicita la difamación. Se ensalza para publicitar. Se publicita la ensalzación. Todo según convenga. De esa manera vive gente. De esa manera se quiere que vivamos.
Realmente, pensándolo seriamente, no debería hablar de ello. Es darles publicidad.
06 junio 2017
Cambio climático. Clima cambiante.
02 junio 2017
Más limpio, menos sucio.
Como se puede suponer, y si no lo digo yo, el título del artículo sale del dicho "No es más limpio quien más limpia sino quien menos ensucia". Hay gente que piensa que es lo mismo. Ambas combinaciones son fruto de comparar algo.
Pero aunque la gente piense que es lo mismo, realmente no lo es porque la limpieza viene después de la suciedad (no tiene sentido limpiar si no ha nada sucio) y la suciedad, después de la limpieza aunque aquí si se puede ensuciar más. Eso sí, ambas cosas las debe hacer alguien. Hay otra diferencia que, para mí, es ls más importante. El limpiar es, básicamente, una obligación aunque haya gente que no le importe vivir sin limpiar como los que padecen síndrome de Diógenes, mientras que el ensuciar es más un acto de civismo. Sobre todo en lugares públicos. ¿Y porqué? Porque no cuesta mucho tirar la cajetilla vacía de tabaco a una papelera al igual que la publicidad que dejan en el parabrisas del coche. Es posible que tenga la suerte de que pongan una papelera al lado de mi coche. Lo de las colillas, pase. Pero las cagadas de los perros, no. Cada vez que veo una me acuerdo del episodio de El tío la Vara dónde "enseñaba" al dueño de un perro a recoger los excrementos del animal. Eso es civismo. El pudiendo ensuciar, no hacerlo. Porque imagina que vas andando por la calle y pisas una caca de perro o te resbalas con un papel. Que seguramente no pase. Pero, ¿y si sí? Porque eso es lo que a uno le hace pensar en la falta de civismo. El y si sí. De todas maneras, por muy cívicos que fuéramos, siempre hay algo que termina en el suelo. Y ahí entran en juego los que limpian las calles. Esa gente que, quitando los porteros o los dueños de comercios que dan a la calle, son empleados públicos, ya sea directa o indirectamente. Eso quiere decir que cobran, directa o se indirectamente, de nuestros impuestos. A uno le pagan por hacer su trabajo. Sino, se le despide. En Madrid estamos esperando que el Ayuntamiento empiece ese período de seis meses en el que dijo que iba a acabar con la suciedad en la capital. Claro que, como se supone que, al ser de izquierda, debe ocuparse de los derechos sociales (más de unos que de otros, por supuesto) y eso puede haberlos hecho pensar que si se acaba la suciedad, habrá que despedir a gente que se quedaría sin trabajo. Cómo ahora pero sin contrato ya que siguen cobrando del estado. Pero ellos no tienen la culpa de ésto. Los mandatarios municipales, no es que no quieran rescindir contratos por la razón que sea, no. Es que si sigue el tema como está podrán seguir echando la culpa al gobierno anterior. Que no digo yo que no la tenga, no. Claro que, tengo contactos feisbuqueros que piensan que sólo hay dos posturas: la suya y la equivocada, radical y extremista. Por eso soy mala persona (dicho finamente) por recordar cierta promesa electoral que hizo cierta mujer a la que metieron en un marrón que resultó más grande de lo que pensaban sus jefes.
Pero bueno, a la que voy. Madrid está sucia. ¿Quién la va a desensuciar? El desensuciador que la desensucie, buen desensuciador será. Pero como todo, el desensuciador será elegido a dedo para ocupar un sillón en un despacho y estar todo el día jugando y revisando que sus barrios si estén limpios.
Y tras ésto, paso el plumero por mis neuronas aunque poco ya que no las ensucio por lo que están limpios. Y luego lo guardo. Otros lo dejan a la vista. O se le queda. A ver si van a pensar que tengo la mente sucia.