31 octubre 2017

Salir corriendo.

Hoy, martes 31, mientras borraba el borrador (podría haber escrito quitaba o eliminaba) de un artículo en El Carril del 10, mientras pensaba en la semana rara que tenemos, mientras pensaba que ésto no venía a cuento, mientras pensaba en la movida que debió haber ayer en Cataluña, me vino a la mente una canción de Amaral. Dado que ya no hay programas musicales, uno no sabe cuándo se sacan discos y tiene que recurrir a lo que recuerda de sus grupos  favoritos. En otro momento me hubiera venido la canción entera. O sólo el estribillo. Pero nada más llegó esas dos palabras que, seguro que mi subconsciente, me llevaron a escribir el artículo que, espero, alguien esté leyendo.  Por supuesto que esas dos palabras vienen al pelo (lo del pelo no va con segundas), al Molt Honorable de turno. Bueno, de honorable ya tiene poco. Casi nada diría yo. Uno no puede estar haciendo lo que está y lleva haciendo desde hace un tiempo y, cuando erra el tiro, le sale por la culata o, simplemente, se da cuenta que el cartucho es de fogueo, salir por patas. Alguien que va de digno, de humillado y de responsable de su pueblo que (no) lo ha elegido, no puede salir por patas.
Esta parte la estoy escribiendo el jueves 2 de noviembre, fecha en la que el mal imitador del Correcaminos, está citado, con todo su ex-Govern y la mesa del Parlament, a declarar en la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, respectivamente pero, como ya avisó ayer su abogado de etarras, no vendrá porque puede declarar en Bélgica. ¿Porqué? ¿Puede ser detenido? ¿Tiene miedo de eso? Pues si tiene miedo de ser detenido es que ha hecho algo por lo que puede serlo. El Mayor Trapero (que no se tome con segundas), vino a declarar y podía haber sido detenido. Pero vino. Y está en su casa. No puede salir de España (Cataluña sigue formando parte de ella), pero está en ella. Él, no. Ni parte de su gobierno. Tiene que seguir haciendo el paripé porque es (era) su plan. Su idea. Pero que nadie se crea que es algo nuevo. Improvisado. Opcional. No. Desde que empezó con la matraca del referéndum, de la modificación de las leyes para gobernar como querían sus socios. Porque eso es lo que le venía bien. Yo sigo aquí. Eso decía. Pero el plan B estaba ahí mientras su plan A lo trazaba cuidadosamente. Porque el plan A era salir corriendo cual delincuente. Porque ahora ya no hay duda. Es un delincuente sin más. El que quería diálogo pero no decía ni cuando ni donde. Porque el que propone, propone. Pero mientras había quien esperaba que propusiera algo, pero mientras se iba negando a las propuestas de otros, pero mientras se quejaba de que nadie quería hablar con él, pues estaba preparando la huída. Ni que fuera el Dioni, oiga. Eso sí, que se olvide, cuando vuelva, de ir al Sálvame o al Gran Hermano o al Supervivientes. Puede que a Soto. Pero ahí que vendrá corriendo. Cobarde.

23 octubre 2017

Una, grande y libre.

De entrada, más de uno y más de dos (en sentido figurado por que no sé cuánta gente puede llegar a leer ésto), cuando ve el título soltara algo colgándome la etiqueta de fascista, franquista o algo así. Es muy posible que sea porque asocia el título del artículo a la coletilla que se ponía al nombre de España y que, al final de la época de Franco, también sirvió para hacer chistes.
Seguramente, tendría que indagar pero quién me conoce sabe que cojo una idea y escribo sin más, el dicho tiene más historia pero nunca nadie se ha puesto a contarla en público. O igual no y se creó durante o al final de la Guerra Civil. Ya digo que no lo sé. Lo reafirmo para que nadie piense que tengo la verdad absoluta, cosa que sólo ellos creen que tienen y que el resto tienen, en absoluta lógica, una mentira absoluta. Pero de lo absoluto ya hablaré en otro momento. Ahora vamos a lo que interesa.
Pues claro que esa frase tiene un significado. Pues claro que no todo el mundo lo define igual. Pues claro que eso es la grandeza de la democracia. Pues claro que ahora diré yo el significado que le doy. Pues claro.
El chiste que recuerdo decía que España era una porque si hubiera otra, nos habríamos ido a ella. Al principio de la democracia, yo no entendía eso. Pero ahora, para mí, es una (como antes) porque no hay otra como ella. Para lo bueno y para lo malo. Igual sale mi vena patriótica. Pero es lo que hay. Decían que era grande porque había sitio para todos. Eso sí lo entendía porque, al menos dibujada, me lo parecía. Y tardar hora y media en recorrer 120 km, también me daba esa impresión. Ahora es grande porque caben muchas cosas. Diferente culturas. Diferentes tradiciones. Diferentes lenguas. Diferentes paisajes. Diferentes formas de ser. Incluso diferentes morfologías. Todo eso en UNA España GRANDE. Y lo de libre no recuerdo muy bien porque era. No sé si tenía algo que ver con que se podía hablar sin problemas o de ciertos temas. Eso tampoco lo entendía ya que nunca había tenido problemas para hablar. Y cuando decía algo que no correspondía, regañina y asunto arreglado. Ahora es libre, primero porque uno lo es para hacer y decir lo que quiera, siempre y cuando no incumpla las leyes. Y eso es así y punto pelota como acababa el clip del "Seat madrileño". Por supuesto que habrá gente que no esté de acuerdo. Como dije arriba, una simple frase, un simple dicho, una simple palabra, puede ser interpretada de una manera diferente por cada persona que lo trate. Es más, a veces, el entorno en donde puede estar puede llevar a una interpretación que se puede tomar como alfa u omega. Pero también como alguna otra letra del alfabeto de las que sólo puedo poner, de las que me acuerdo, beta, gamma o pi. Yo tengo mi opinión y mi visión del dicho de marras. Y la seguiré teniendo mientras no vea que hay otra mejor. Pero es la mía. ¿Que hay gente que tiene la misma? Bien. ¿Que hay gente que la tiene parecida? Bien. ¿Que hay gente que no la comparte, en parte o totalmente? Bien. Todos los escenarios son posibles, admisibles y respetables. Incluso el que está en contra sólo porque lo digo yo. Que lo hay. Pero en esa una estuvo, está y quiero que esté Cataluña. Pero en esa grande cupo, cabe y quiero que quepa Cataluña y toda su diversidad cultural. Pero es esa libre, quiero que se exprese, igual que se expresa y se expresó, ese sentimiento patriota (que lo es aunque muchos lo pongan como que es de derechas) que pide una separación del Estado. Igual que, como también dije antes, habrá gente que no quiera a Cataluña en esa una, que España seguirá siendo grande sin Cataluña y que será más libre sin el "absolutismo" que hay en Cataluña. Pero eso es lo bueno que tiene que seamos unos, grandes y libres.

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