27 abril 2018

Cifuentes

La política está podrida. Eso que se ve en las series de televisión, que todo el mundo sabe que pasa en la realidad pero sólo critica cuando le pilla cerca aunque no encima. Claro, eso era antes. Ahora, incluso antes de que salga la noticia, las redes sociales se han encargado de difundir algo que, sea verdad o no, la gente comentará, sea verdad o no, sepan de qué va o no. Ni tampoco, y a veces es lo más importante, sepan el porqué del momento. Por que todo el mundo sabe que el momento siempre existe ya que la gente que está arriba quiere más. Y para eso hay que quitar a los que están.
En estas fechas en las todos estamos como estamos con la corrupción (algo que siempre ha existido pero mientras había dinero no importaba) se busca que haya personas que luchen contra ella. Lo malo de ello es que, como dijo Granados, si buscas enterrar a alguien, has de cavar dos tumbas ya que hay que estar prevenido. Algo de ello ha pasado con n Cristina Cifuentes.
Están los que están en contra del PP hagan lo que hagan los suyos, si es que lo tienen. Están los que piensan en que favorecer a la investigación de casos de corrupción donde estaban metidos gente cercana a ella, le ha pasado factura. Y están a los que ni les va ni les viene.
Volvemos a las cloacas de la política. Resulta que algo que pasó hace más de seis años sale ahora para cargarse a la presidenta de la Comunidad de Madrid y del partido en la región. Datos, todo sea dicho, que deberían haber sido tratados de alguna manera más concienzuda. ¿Acaso alguien sabía que esa mujer, tarde o temprano, llegaría lejos? ¿Y quién se encargó de pedir que se guardaran? ¿Eso no es delito? Porque si lo es falsificar documento público, también debería serlo el tratarlo de forma fraudulenta o interesada. ¿Y lo de las cremas? ¿Alguien podría explicarme como, dado que ha salido estos días en la tele, los asesinos de Sandra Palo que eran menores cuando la mataron estén en la calle? ¿Cómo hay gente a la que se detiene y entra por una puerta en la comisaría y sale por otra sin pasar por el calabozo? Pero éste no es el tema.
La política se ha convertido en un negocio interesado. Si me vales, bien. Sino, pues busco a uno que me valga y una forma para quitarte.
Sería buena o mala gestora pero se han cargado su vida mientras hay otros, peores, dando paseos por el parque como si nada.
Lo divertido es que quien se queja de ésto es quien se opone a que se hagan las reformas oportunas para que no pase.

16 abril 2018

Sindicatos.

Tengo por costumbre no mirar lo que he escrito por lo que es posible que haya temas sobre los que ya escribiera antes. A veces artículos enteros, otros sólo de pasada. Y creo que los sindicatos ya han sido tocados en alguna ocasión.
El motivo de dedicarles hoy un nuevo artículo lo había decidido hace unos días pero viendo las noticias esta mañana, he decidido adelantarlo. Seguramente, de haberme puesto a escribir, no hubiera tardado mucho, pero bueno. Lo hacemos ahora.
Desde que supe qué eran los sindicatos, por qué se formaron y para qué servían, empecé a entender lo que era el mundo laboral. Los jefes eran malos y los sindicatos cuidaban a los trabajadores para que esos jefes no les hicieran maldades (todo ésto expresado como lo podría expresar entonces). Por eso yo quería ser un jefe que tuviera empleados que no necesitaran sindicatos por que yo les trataría bien. Claro está que lo que piense un chaval de 12-13 años es muy diferente de lo que pasa en realidad.
Me he dado cuenta que, salvo defender a los trabajadores, hacen de todo. Un amigo de ultra derecha se afilió a la CGT sólo por las horas sindicales. En una de mis empresas, como el comité de empresa tenía que estar dentro de algún sindicato, estuvieron mirando hasta que se decidieron por CCOO para que luego no hicieran nada por él. O al menos eso me pareció a mí. He visto que los sindicatos se apuntan a todas las manifestaciones, hablan acerca de las cifras del paro lo cuál sería preocupante que no lo hicieran (aunque no dicen nada nuevo ni proponen nada que valga), y hacen ver que deben ser de izquierda porque no hay empresarios que sean políticamente afines a ellos. Bueno, afines a las ideas de los partidos que, pensaba yo, les incluían. UGT con PSOE y CCOO con PCE. Pero otra desilusión. Pero más que nada porque los sindicatos se han politizado. No política laboral, no. Política de partido político. Es decir, de las de irse corriendo en la mayoría de los casos.
Bueno, la razón de todo ésto es a dos manifestaciones de este fin de semana en las que han figurado como organizadores o participantes. La que más me choca es la de Cataluña por lo que allí hay gente que llama "presos políticos". Gente que está en la cárcel por hacer política, sí. Pero en contra de las leyes que, casualmente, han permitido a algunos de ellos hacer lo que hacen desde donde lo hacen. Pero ésto es otro tema. ¿Qué cojones (perdón, quería decir narices) pintan los sindicatos pidiendo libertad de delincuentes? Que pidan también la de los de ETA, por ejemplo. Incomprensible. La otra es la de los pensionistas. Esa puede tener más sentido ya la pensión se suele cobrar por lo cotizado mientras se ha trabajado. Pero no es para que salgan a la cabeza de ella ya que son las organizaciones de pensionistas las que, valga la redundancia, organizan el evento. O deberían ya que teóricamente los sindicatos defienden a los trabajadores (mucha ironía ahí) y los jubilados no lo son.
Al igual que pasa con muchos grupos, hablan mucho de lo que está mal pero no dan ideas. Igual es porque creen que se las van a quitar, que puede. O, hablando de poder, igual es que no tienen otra que no sea marear la perdiz, que también puede.
La CNT, por ejemplo, habla de la lucha. Y eso es lo que debe hacer un sindicato. Luchar por los trabajadores por la sencilla razón de que la T del nombre es lo que significa. Trabajadores. Pero lucha no es manifestarse, hacer huelgas o montar motines. Lucha es defender unos derechos que se tienen por cumplir con unos deberes.
En cierto modo este artículo iba a acabar aquí pero leí un texto de Iñaki Gabilondo acerca de los sindicatos y de lo que se les critica por la misma gente que los defiende. De esa gente que defiende huelgas a las que no va por no perder dinero del sueldo. Por cierto, la huelga es un derecho. Es decir, se puede acoger uno a él o no. No es un deber. Hay gente que va de salvador sabiendo que habrá otros que le verán como tal en vez de mirar si lo es. Eso es lo que son los lideres de los sindicatos. Son ellos y sus cuadrillas pero no sus representados que son los que deberían importarles.

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