21 septiembre 2018

Volver a empezar.

Septiembre es lo que tiene. Es el mes en el que empieza casi todo que descansa en verano. Claro que más de uno dirá que septiembre también es verano. Y es cierto. Pero la tradición dice que el verano termina con las vacaciones escolares.
Aparte de eso, los estudios, y la liga de fútbol (aunque gracias a una gracia ya empieza en agosto), otra de las cosas que empieza es el curso político. Aunque, la verdad, viéndoles, da la impresión que en los DOS meses que paran en verano, es cuando deberían trabajar. E igual lo hacen pero en otras cosas, algo que tienen prohibido. En el esbozo de programa político que publiqué antes de las segundas elecciones del "No es no", proponía que los diputados, que trabajan en eso, lo tomaran en cuenta.
Sinceramente, dado el nivel cultural y social de algunos de los programas de algunas cadenas televisivas, alguna debería preparar uno acerca de la vida de los parlamentarios, ya fueran congresistas o senadores, para ver en qué ocupan su tiempo desde el lunes por la mañana hasta el viernes al mediodía. Porque el curso político abarca a todos los que se sientan en los hemiciclos. Porque el curso político se basa en hacer política. Porque hacer política no es discutir sobre los títulos de cada uno (eso es algo que también debería comprobarse como parte de su vida). Y porque sentarse en un escaño es (o debería ser) algo más, mucho más, bastante más, que asegurarse un sueldo sin hacer nada, con una serie de suplementos y el hecho de llevar colgada la etiqueta de parlamentario sin que nadie le pregunte qué fue lo que hizo. Da igual. Es parlamentario.
Llega septiembre. Llega el inicio del curso escolar. Llega el inicio del curso futbolístico. Llega el inicio del curso escolar. En éste, que Dios nos pille confesados que no habrá Oscar.
P.D.: Llega septiembre. Llega el curso bloguero. Que Dios os pille confesados.

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