10 octubre 2006

Hola. Hoy es martes y esta entrada lleva dedicatoria especial. Karola, va por tí. Como ya dije anteriormente, los martes iba a dar mi opinión acerca de la columna que Manuel Saco escribe en el 20 Minutos (al menos en la edición de Madrid). Y también dije que lo iba a hacer, pusiera lo que pusiera. Creo que fue Karl Marx quien dijo que la iglesia (o la religión, no lo recuerdo bien) era el opio del pueblo. Como cualqueir droga, te hace ver cosas que no corresponden con la realidad. Hoy, el señor Saco habla de religión. No de una en concreto, sino de todas y de ninguna. Si no me equivoco, las únicas veces que he pensado que tiene razón, ha sido cuando ha hablado de religión. Normalmente, lo hace acerca de la católica y para criticar. su planteamiento es simple. PP=Religión Católica. Se equivoca. Yo voto al PP y las únicas veces que he entrado a una iglesia en los últimos tres años, han sido para los funerales de mis abuelas. No creo en Dios porque Dios no cree en los hombres. No creo en Dios porque soy de ciencias y no me gustan las cosas que no tienen explicación, aunque sea ilógica. Como el señor Saco. pero en su texto de hoy, tiene toda la razón del mundo. Aunque, básicamente, todas las religiones tienen las mismas bases, no todas tienen el mismo concepto de la realidad. Un tontolapolla hijodeputa de Hamas con mucho tiempo libre para perder llega a un mercado en una ciudad de Israel y explota la bomba que lleva adosada al cuerpo y, para un cristiano, es un asesino y se merece el infierno. Para un judío, digo yo que lo mismo (no controlo la idea de cielo e infierno en el judaísmo). Pero para un musulmán (o, para alguno, mejor dicho), es un mártir porque ha dado su vida por borrar de la faz de la tierra a gente infiel, aparte de dotar a su familia de una especie de recompensa que, al parecer, Hamas da a los familiares de los suicidas. Esa diferencia de criterios puede causar un trauma. Tranquilo señor Saco. El primer paso es reconocerlo y hablar de ello. Pero estoy con usted en una cosa. Mucha religión es mala.
Hasta la próxima.
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