28 junio 2017

Comida habitual. Hábitos de comida.

En los últimos tiempos se ha puesto de moda el cuestionar el modo de vida que lleva la gente. Cómo viven, cómo visten, cómo trabajan .... y, por supuesto, cómo comen. Parece ser que nadie, salvo los cuestionadores, comen "decentemente" aunque habrá que ver que hacen en privado. No hay más que ver cómo criticaba Ramón Espinar a Coca-Cola pidiendo a la gente que no la consumiera y él la tomaba de dos en dos. Aunque eso es otra historia.
El tema de la comida, como en otros casos, es uno de esos de los que tengo pensado escribir algún artículo. Pero ayer, hubo dos hechos que me hicieron lanzarme. No sé si alguien ha visto la serie Las reglas del juego (Leverage como título original) donde un equipo formado por una ladrona, una estafadora, un hacker, un luchador y comandado por un antiguo investigador de seguros, se dedican a cambiar las reglas del juego haciendo el Robin Hood. Es una serie que me enganchó aunque no la vi entera, cosa que voy haciendo ahora. Bueno, al lío que me lío . El capítulo de ayer trataba sobre comida congelada envasada que estaba contaminada pero que el vicepresidente de la compañía no quería retirar porque era más costoso eso que pagar indemnizaciones a la gente afectada. La comida envasada es uno de los caballos de batalla de los cuestionadores. Toda ella es mala porque no cumple los requisitos mínimos. Puede que sí pero, ¿toda? Entre los muchos trabajos que he tenido, en dos de ellos tuve que ver con envasado de comida. El proceso era el mismo. Se ponía el producto en bandejas, se cubrían con plástico, se pesaban, se etiquetaban y se sacaban a los expositores. En un caso era carne y en otro, fruta. Todo tratado correctamente por la gente que lo distribuía. El otro caso fue ese típico aviso que ahora se manda por whatsapp alertando de algo. Este tipo de avisos son falsos en un 99% y el otro 1%, no es verdad. Lo envuelven en situaciones de lo más normal para que alerte más. Este caso era de una familia que había ido a pasar un día en el campo con la comida y latas que habían comprado pero por beber de ellas, dos personas enfermaron y murieron a los dos días. Eso hace que la gente recele de las latas porque lo que no suele hacer nadie es buscar la enfermedad o la bacteria que la causa. Bueno, nadie menos yo. Porque usan nombres tan raros que podrían ser falsos. Pero, en este caso, no. El resultado de la investigación es que existe la enfermedad pero que no causa muerte ninguna. Ni a personas ni a animales.
Todo este rollo viene a que hay gente que, como decía al principio, dice que comemos mal. Eso de las cinco comidas. Eso de las verduras. Eso de no azúcar. Eso de no tomar grasas. Hay gente que, como en el caso que contaba antes, se lo cree y lo sigue a pie juntillas sin saber si es bueno o malo que siga esas recomendaciones. Pero lo hace porque lo ha oído y claro, todo lo pintan muy mal. Hay gente que tiene falta de azúcar. Hay gente que no puede tomar verduras o, simplemente no le gustan. O las hortalizas. A mí no me gusta las berenjenas ni el calabacín. Y no me he muerto. No tomo repollo desde hace años. Tampoco tomo brócoli porque es como no tomar nada. Tomo café con leche y azúcar. Leche semidesnatada porque no se va a tener tres tipos de leche como pasa en las series de televisión. Ese café es lo que desayuno. No almuerzo ni meriendo. ¿Porqué son necesarias cinco comidas? Tomarse una bolsa de patatas fritas no hace daño. Otra cosa es comerse cuatro cada día. Como hamburguesas, pizzas o perritos calientes. El abuso es lo que es malo. Pero el abuso de todo. Hasta el abuso de recomendaciones. Así que, como no recomiendo que nadie me lea ni que coma o beba tal cosa, me despido para no abusar.

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