18 diciembre 2014

Respeto.

Puede que ya haya hablado de ello alguna vez pero creo que no está de más recordar algunos aspectos de la condición humana. Además, para mí, éste es de los importantes. Dado que no coincido con muchas de las ideas que suelen expresar o compartir muchos de mis contactos en redes sociales, yo soy un radical de extrema derecha que tiene en su habitación una foto de Franco a lado de la del Papa de turno (aunque el de ahora mola porque tiene buenas ideas y una mente abierta), que rezo el Rosario todos los días y voy a misa todos los domingos antes de tomar el vermuth. Y más cuando digo que fui a un colegio privado. Colegio que tenía unas impresionantes instalaciones ubicadas en los tres bajos de un bloque de pisos de mi barrio y que, como lugar de recreo y actividades deportivas usaba el patio de la comunidad. Se disponía de diez aulas, una secretaria y el despacho del director. Pequeño en tamaño pero grande en modelo educativo. Porque aparte de enseñar a leer, escribir, sumar, restar, geografía, historia (aunque haya gente que me lo rebata) o idiomas, también aprendías que no todo el mundo tenía porque pensar igual pero había que respetar el prójimo. Pero de eso veo que hay poco. Está visto que no está bien visto el pensar diferente. Es cierto que yo lo he hecho a veces aunque rectifiqué mi error cuando me di o me hicieron darme cuenta. No obligo a nadie a que piense como yo pero porque no piense lo mismo que tu, ni quiere decir que esté en tu contra ni que esté equivocado (que puedo estarlo pero eso me lo tienes que demostrar) ni que tu lo estés (que puedes estarlo). La democracia no sólo es votar cada cuatro años a los que pensamos que nos van a hacer la vida mejor sino tener la libertad de expresarte libremente (frase escrita así adrede aunque parezca redundante), de recibir críticas a mis expresiones (porque soy libre de hacerlo o no) y de contestarlas si lo creo necesario. 
Respeto, señores. Es sencillo. 

Gallardón.

Gallardón se va. Yupi, se alegra la oposición. Porque no es de los suyos. Lógico. Sólo ellos saben hacer las cosas bien. A los ojos del ciudadano de a pie (como yo), el, hasta hoy, ministro de justicia se va porque le han retirado un anteproyecto de ley. No le han tirado una ley lista para debatir o que alguna de las Cámaras no la haya aprobado, no. Ni siquiera el gobierno la había llevado al Congreso. Saldría adelante por la mayoría absoluta del PP, claro. Y acto seguido empezarían las protestas porque si no se oye al pueblo, no se busca consenso, etc., etc. 
Para mí, el aborto es matar a un ser vivo indefenso y que depende de otra persona para mantenerse con vida. Eso atenta contra los derechos de las mujeres? Recuerdo cuando se criticaba que no hubiera más educación sexual en los centros educativos o más campañas de prevención a favor del sexo seguro. Antes, el mensaje a la juventud era:" Tranquilos que si no queréis un susto, hay medios seguros para evitarlo." Ahora el tema parece ser que debe cambiarse a algo así como:" Haz lo que quieras y como quieras, que nadie impedirá que abortes si pasa algo." Eso si, alguien debería preguntarse si es tan grave que una menor de edad deba estar autorizada por sus padres para abortar. Claro, dirán algunos. Si es mayor para hacer cosas de mayores, debe asumir las consecuencias como mayor. Y el pago, por supuesto. Porque no creo que, fuera de los supuestos que marca la ley actual, eso lo pague la Seguridad Social. O sea, todos. 

Botellín.

Hoy debería ser uno de esos días en los que uno se levanta feliz y contento dando gracias al mundo entero. Hoy se cumplirían 5 años de la primera cita. No del principio de todo porque todo había empezado meses antes. Fue el principio de un nuevo capítulo. El mejor de todos y el que pensé que nunca escribiría ya que pensaba que eso no era para mi. Tu ya la habías perdido por tu mala cabeza. Uno puede tener malos momentos, duros y/o difíciles pero siempre tiene a alguien en quien apoyarse. Pero tu decidiste afrontarlo de otra manera. Y esa equivocación fue la que la hizo llegar a mi o la que me llevó hacia ella. Porque ahora ya se quien eres. Esa persona que piensa que es dueña de todo lo que la rodea y que dispone de todo y todos a su voluntad. Seguramente empezaste a sospechar en algún momento y, debido a que tu trabajo te permitía tener los medios necesarios, conseguiste información que, de otra manera nunca hubieras tenido. Y así empezó tu campaña de descrédito, apoyado en ta de mi pasado, más o menos reciente, que pensaba borrado u olvidado. En aquel momento, cuando apareciste con tu primer nombre falso, no caí. Sólo sabía que algo rechinaba en esa repentina aparición. Tu propósito era hacerme parecer como alguien que se la quiere pegar a su novia. Cometí el error de no contarlo pero es que a uno le gusta a veces resolver las cosas a su manera. Ganaste. No del todo pero su jugada surtió efecto porque ella empezó a perder confianza. Nada de lo que hacía o decía quedaba sin pasar por el filtro del: "Será verdad?"  Si, vale. Yo hablaba con gente de otras cosas y no la decía nada. Y podían ser cosas subidas de tono además de otro tipo de meteduras de pata. Todo eso le fue presentado como un engaño había ella. No se sí era porque querías recuperarla tras darte cuenta de lo que habías hecho o porque no querías que fuera para nadie si no era para ti. Buscabas que se sintiera mal para que fuera a buscar apoyo y refugio en ti. Y te salió. Ya la tienes de nuevo. 
Tardé en llegar a esa conclusión hasta el momento que empezaron a llegar llamadas a mi trabajo. Ella es la única persona de mi entorno que tiene ese número. Y como tienes pinchado su teléfono, igual que el mío, pues te permitía el jugar a la llamada desconocida. 
No te tengo miedo. Si no cojo tus llamadas es porque no me da la gana. No se puede tener a alguien que se oculta tras un número desconocido y una máquina distorsionadora de voz. No se tiene miedo a alguien que no da la cara. Alguien que es un fantasma. Alguien que puede usar medios públicos, que paga ella, yo y mi familia, para tu uso personal y darme por culo a ella, a mi y a mi familia. 
El problema de esta vida, no es no saber perder sino no saber ganar. Y por lo que veo, tu no sabes ni una cosa ni la otra. 
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