15 marzo 2017

De la nada al todo. Del todo a la nada.

Todo o nada suena a apuesta final de la partida final del final de una película. Pero es así en muchas ocasiones. Claro que no siempre es de golpe sino que la Nada está abajo y, hasta llegar al Todo, hay que ir subiendo escalones. Al revés pasa lo mismo salvo que bajar, aunque no quieras, es más fácil que subir. También es cierto que, tanto la Nada como el Todo, no son tan nada como nos lo quieren vender pero ahí estamos nosotros para creer o no.
Seguro que alguno que lea ésto pensará que ya estoy con mis charlas y mis rollos. Pues sí. Ya estoy. Por que de éso tratan mis blogs. De charlas. Y ésta, como otras que he escrito, trata de la gestión que, informativamente, hace la señora a la que pusieron al frente del Ayuntamiento de Madrid. En más de una ocasión he comentado que muchas veces se habla de algo para crear debate y polémica para que no se vean otras cosas. Esas cosas pueden ser sorpresas pero, si son buenas de anunciarán pero si son malas, aparecerán. En el caso de esa gestión, tanto si es una cosa o la otra, me da pavor pensarlo. La cosa, tal y como yo la veo, es que los que mandan (ella sólo pone la sonrisa hipócrita, la voz sabinera y la peluca sin peinar) creían hacer de la Nada, un Todo sin darse cuenta que ya había un Vaso medio lleno. O sabían lo que había y vendieron la moto sabiendo que había gente que la compraría sin pararse a pensar en la gasolina o el mantenimiento. Tienes la moto. Pero no te la has comprado. Te la vendieron. Crees que tendrás un Todo pero el Vaso, poco a poco, se va vaciando. Los referéndums populares para votar propuestas o proponer cosas, tampoco es para conseguir llegar al Todo. A ese Todo al que la gente quisiera llegar. Porque todo el mundo quiere llegar a un Todo. Su Todo. Lo malo es que quien tiene que llevar a la gente al Todo, o sólo se preocupa del Todo de los suyos o va dando largas, una de las pocas cosas que hace bien el gobierno municipal. Yo sólo puedo opinar. Opinar de Todo. Del mío y del que no llegará. Porque, a menos que me sorprendan, ese Todo no llegará. Espero que no lleguemos a la Nada. Espero que, si no subimos, al menos no bajemos. Sería una buena cosa.
De momento, ya he escrito Todo lo que quería escribir. Aunque se que puede que haya gente a quien no guste Nada. Pero sin mi Todo, no habría su Nada.

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