02 enero 2007

Empieza bien el año ....

Tenía ganas de ver como empezaba el señor Saco el año. Quería ver como sacaba punta al atentado del sábado y cargaba contra los que siempre carga. Y lo ha hecho. Pero veladamente. Sin dar nombres. Tal vez para no herir las sensibilidades de nadie. O para todo lo contrario. No entiendo como se puede acabar a palos una manifestación contra el terrorismo y a favor de la paz. Alguien me lo debería explicar. Supongo que los diferentes convocantes, con diferentes ideas y diferentes intereses tienen algo que ver. Nunca me ha gustado el utilizar la pena de nadie para atacar a un tercero. Por eso no me gusta que se politice el tema de las víctimas. ¿Qué están un poco dejadas de la mano de Dios (entendiendo que aquí Dios es el gobierno)? Pues si. Es cierto. Pero que hay gente a la que le interesa que ésto siga así no es menos cierto. Pero sólo por parte de un bando. Aquí meten cizaña ambos bandos. Todos los bandos. Los que están involucrados, por que lo están. y los que no lo están, para que se hable de ellos porque no pintan nada. Claro que hay muchas formas para hacer que manifestaciones como las que hubo el domingo ya no tengan sentido. Pero sólo se logrará si van todos en una misma dirección. Cada uno con sus ideas, pero mirando hacia el mismo sitio. La sociedad se lo agradecerá. Tiene razón el señor Saco en una cosa. Hay que cuidar este año nuevo. Que no nos mate esperanzas. Aunque sean insulsas e ilusas como las suyas. Al fin y al cabo, son esperanzas. Y eso es lo último que se pierde. Al menos, eso dicen.

Lo prometido es deuda

La navidad está llena de tópicos. Todo el mundo carga contra ellos pero los echa en falta cuando no se llevan a cabo. Uno de esos tópicos son las comidas o cenas navideñas. No las de las empresas que son más o menos formales y/o aburridas. Me refiero a las que se montan entre amigos, compañeros de trabajo, etc. En mi empresa la hacemos los miembros del departamento. Algunos, no todos. Intentamos juntarnos los más posibles. Incluso los que, por las razones que sean, ya no están en la casa. Es una excusa para pasar un buen rato, tomarnos unas copas y echarnos unas risas. Este año hemos cambiado de ubicación ya que la compañía también se ha trasladado. Habíamos cogido cariño al restaurante vasco al que íbamos. Esas largas sobremesas vaciando botellitas de pacharán y licor de hierbas mientras los camareras vaciaban el resto de las mesas y preparaban la suya para comer. El año pasado tuvimos mucha coña porque uno de los almas de la fiesta, Arturo, artichiri para los amigos, estaba operado y le compramos un potito para que comiera. Este año, Artichiri no está ya en la compañía. Está feliz. En lo que se refiere a su situación personal y por su futuro profesional. Sólo en eso. Porque en lo futbolístico, ........................................... eso es otro cantar. Sigue siendo alguien que anima la fiesta. Por eso se le echa de menos en la empresa. Bueno a él y a todos los que se han ido.

Arturito, como te había prometido, he aquí una entrada para tí sólo.
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