13 marzo 2007

Derechos y deberes

En el último partido entre el Betis y el Sevilla, un energúmeno lanzó una botella que le pegó en la cabeza a Juande Ramos. No se si el partido fue bonito, emocionante, limpio y emotivo, ya que no lo vi. Pero si lo fue, ese hecho luctuoso, no puede empañarlo. También doy por hecho que hubo gente que insultó al árbitro y a los jugadores del otro equipo. Eso tampoco quita para que fuera un partido bonito. Tenso, pero bonito. Digo ésto en relación a lo que mi querido amigo el señor Saco (al que seguramente dedicaré algunas lindezas en su blog) dice acerca de la manifestación del sábado en Madrid. Como hubo un chalado que dijo que le iba a pegar una ostia a Zapatero. O gente que pidió su dimisión. O que preguntaba donde estaba la gente de la SER. U otras cosas más, la manifestación ya no era bonita, serena y cívica. Por eso regla de tres, tampoco es muy bonita y muy cívica cualquier manifestación en la que se pide que se juzgue a Aznar por la guerra de Irak. O en la que se queman banderas y se muestran muñecos ahorcados que simulan ser alguien. Pero claro. Vamos a lo de siempre. Las cosas están bien cuando lo hacen los míos y son reprobables cuando lo hacen los otros. Aunque hagan lo mismo. En un estado democrático, el derecho a manifestarse libremente, es un derecho. Derecho que en el lugar al que e ha llevado al hijo de puta, hay gente que no puede ejercer. Sólo lo hacen los que están con el. Y los valientes que se enfrentan a ellos. Por que los otros se esconden detrás de papeles, supuestas mesas de negociación, etc. Lo que tiene que hacer el gobierno es exigir a ETA que entregue las armas. Y, entonces, a partir de ahí, si se pueden sentar tranquilamente a hablar de lo que sea. Pero de lo que sea legítimo. Sin violencia, habrá consenso entre los partidos, levantamiento de vetos a partidos, etc., etc. Aunque, pensándolo bien, si el señor Saco tuvo problemas para encauzar su sarta de sandeces cuando Aznar desapareció de la via pública, si resulta que se alcanza el consenso entre todos los partidos porque los hijos de puta y sus colegas deciden abandonar la sinrazón y volver a la vida normal, ¿qué será de él? ¿De qué escribirá? Pobre hombre. Si al final me va a dar pena. Más de la que me da ahora.
Premios 20Blogs