27 marzo 2008

A los toros

Siempre he pensado que el señor Saco iba de sobrado, de listillo, de tío que cree que se las sabe todas porque ha trabajado en multitud de sitios. El problema no es que él se lo crea. Lo malo es que hay gente que se cree lo que dice. Ahora, ya que los suyos han ganado las eleciones y no hay muchas noticias del PP paraque escriba y se meta con ellos, pues le da por arremeter contra los toros. Llevo el mismo tiempo oyendo a gente hablar bien de los toros y soltar pestes de ellos. Pero me he dado cuenta que ahora, la gente que se queja, no tiene ni idea de lo que habla. No soy ningún entendido en este mundo. Tampoco es que sea algo que me guste o que sea muy aficionado. He visto faenas sueltas, pero nada más. Pero de algo estoy seguro. Hay a gente que le encanta y, como estamos en un país libre, se tiene que respetar que les guste. Igual que hay que respetar a los que no les gusta la fiesta. Demasiado es que haya un partido Antitaurino que, no se que habría hecho por las hipotecas, el salario mínimo, la inmigración y todo eso de haber ganado las elecciones. Por si hay gente que no lo sabe, el toro de lidia no es un toro cualquiera. O un tipo de toro. No se cría igual que los demás. Se cría de forma diferente porque su cometido es diferente. Se les cría para que den la talla en una plaza de toros. Ese es su fin, igual que el de las vacas es surtirnos de chuletones y solomillos, aparte de leche y piel. Y para ser toro de lidia no vale cualquier toro. Y la gente que no lo entiende o no quiere entender lo que significa toda la parafernalia de una corrida, sólo ve lo que quiere ver. O lo que quiera que vean los demás. Sangre. Puyazos. Estocadas. Muerte. Pero no he oido nunca a ningún payaso antitaurino que diga algo cuando la sangre y la muerte es de un torero, que se tiene que enfrentar a una bestia de 500 kilos con las únicas y mortíferas armas que son una capa y una espada. Dirán que al toro se le pica. Al toro se le banderillea. Es cierto. Una vez alguien me dijo que al toro se le picaba para entrara con más ganas y que el sangrar le venía bien. Sobre todo para las banderillas. No dudé de ello. Tampoco tengo argumentos en contra. Pero todo ésto no viene por que no me guste el señor Saco, que no me gusta, ni él ni el que escribe los lunes al que también dedicaré unas palabras, ni por que sea fan de los toros que como dije antes, no lo soy. Es porque al señor Saco le ha parecido mal que al primogénito de la Infanta Elena le llevaran a los toros y uno de los diestros le regalara una oreja. Al niño le importa un pimiento lo que ha visto. Lo que sabe es que tiene algo que ninguno de sus amigos tiene. Pero parece que a este señor eso le parece un crimen. Que pena. O qué se le va a hacer. Si el que vale, vale. Y sino, a escribir al 20 minutos.
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