06 diciembre 2006

Me gustó el texto del señor Saco este martes. Al menos, si he entendido lo que ha querido decir. Creo que he entendido que le parece raro que se regalen más animales que libros. Tanto unos como otros han de ser cuidados. Sobre todo, los primeros. Supongo que habrá niños que enseguida se cansarán de las mascotas. Pero creo que es, más que nada, porque carecen del sentido de la responsabilidad para tal tarea. Se les quiere dar a entender que han de cuidar al animalito en cuestión con los padres cuidan al niño. Y ya se sabe que le pasa a un pollo al que se le intenta dar un baño de espuma. Eso el niño no lo entiende. Con los libros puede pasar lo mismo. La única forma de cuidarlos es sacarlos a pasear un rato. Y así, aparte de cuidarlos a ellos, cuidan también al cuidador. Al menos, intelectualmente. El problema es que, cuando los niños de ahora aprender a leer de una forma más o menos seguida, le empiezan a reglar videoconsolas. Y se jode el tema. Por cierto, que el comentario del libro de Esperanza Aguirre es gratuito. Pero sino, el señor Saco no sería él.
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