15 junio 2017

Difamación publicitaria. Publicidad difamatoria.

Todo el mundo sabe que estamos en la época de la publicidad. Se publicita para vender. Da igual lo que se venda, cómo se venda, dónde se venda y por qué se vende. La cosa es vender. Es el consumismo dirá alguien. El capitalismo, dirán otros. Vender no es intercambiar algo por dinero o convencer a alguien para que gaste dinero en algo que, igual no necesita. El comercio ha existido siempre. El trueque es comercio, me diga la gente lo que me diga. Al menos esa es mi idea. Pero eso es otro tema. La publicidad, desde que se empezó a usar, sirve para hablar de las excelencias de algo o alguien. Por algo las campañas electorales las llevan publicistas. Eso sí, no siempre son cosas buenas sino, a veces, son las cosas que no tiene el producto rival. Porque no se engañe nadie. La publicidad busca que algo de un fabricante destaque frente a otros algos de otros fabricantes.
En esta época, que he llamado en más de una ocasión de los titulares, la gente se cree lo que lee en su periódico u oye en su emisora de radio, cadena de televisión o en los labios de su amigo o en su bar. En ningún momento se para a pensar si eso es cierto o no. Lo cree o no. Y así lo expresa cuando lo cuenta, con tanta certeza como si hubiera estado allí cuando pasó algo o alguien dijo algo.
Publicidad. Se puede hacer bueno algo malo. Se puede hacer malo algo bueno. Pero también se puede ensalzar algo bueno o hundir algo malo. Como por ejemplo, comprarse unos zapatos castellanos en Xti. En cuatro meses me he comprado los mismos pares que en los tres últimos años y ambos pares se han roto (el último aún está en ello) por el mismo lado. ¿Mala suerte o mala fabricación? Esta cultura del titular, esa forma de hacer creer lo que no es y que la gente difunda tu mensaje es un nuevo significado del "cría cuervos y échate a dormir". Alguien hace tu trabajo. Para que la gente lo entienda es como "Sálvame". Todo el mundo habla de cosas de gente, preguntas que donde lo ha oído y te responde que lo han dicho en Sálvame. Publicidad.
Pero todo ésto viene por algo que oí en el metro el otro día. Dos mujeres hablaban sobre algo relacionado con el gobierno franquista. No se qué era ni, como en estos casos, si lo supiera, sabría si era verdad o no. Pero el tema iba en torno a lo que una llamaba difamaciones acerca del tema. Tampoco sé si era algo que había leído, oído o escuchado o eran ideas propias. Pero en un país "opresor" como éste, cada uno puede expresar sus ideas y los demás, opinarlas y comentar sobre ellas (si, ya se que está puesto al revés). Sea verdad, sea mentira. Se difama para publicitar. Se publicita la difamación. Se ensalza para publicitar. Se publicita la ensalzación. Todo según convenga. De esa manera vive gente. De esa manera se quiere que vivamos.
Realmente, pensándolo seriamente, no debería hablar de ello. Es darles publicidad.

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