29 septiembre 2017

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La verdad es que este artículo lo empecé a escribir antes del verano. Bueno, los retazos. Pero lo dejé en vista de un suceso que, en cierto modo, estaba ligado. Luego vinieron las vacaciones con el parón típico. Como ya comenté en otro blog, a pesar de no publicar, sí escribía y este artículo lo rehice más de una vez. El motivo de escribirlo era la sorpresa de ver que todos los partidos políticos habían llegado a un consenso en un proyecto de ley. Luego, en vez de quedar bien con todo el mundo, prefirieron quedar bien con los suyos diciendo que el acuerdo era insuficiente, que no les habían dejado incluir todas sus propuestas, que si éste, que si el otro, .... Vamos, lo de siempre. Pero éso es otra cosa. Vamos al grano.
Ese gran acuerdo era relativo a la violencia de género. Todo el mundo sabe de lo que opino de ello. Es más, en un artículo que publiqué cuando se convocaron las segundas elecciones generales, lo ponía como uno de los puntos importantes de mi programa electoral. En una sociedad en la que se clama por la igualdad (yo me incluyo), hay grupos que se empeñan en sacar leyes que se cargan ese ideal. Una de ellas es la de la violencia de género. Aparte de la mención a mi programa, no recuerdo si había escrito algún artículo exclusivo sobre ello. Me parece bien, porque es lo suyo, que quien tiene un corportamiento violento, del tipo que sea, con otra persona que sea denunciado, algo muy importante, y comprobado, también es importante, sea castigado según marque la ley. Pero el problema es que todo depende de quien cometa y de quien sufra. Cada vez que aparece una mujer muerta, automáticamente se habla de violencia de género, sobre todo si la primera persona a la que detiene es un hombre. Pero, ¿y si fuera una mujer? ¿Qué pasaría? Porque podría ser su pareja. Pero no. La violencia conyugal no está contemplada en las relaciones homosexuales. Aunque el detenido sea hombre. Aunque la víctima sea mujer. Hoy, entre las noticias del ridículo independentista y la primera victoria madridista en casa o la del Barça en su campo vacío, se hablaba de un posible caso de violencia de género o machista. Han hablado hoy y lo harán varios días. A menos que se demuestre que no lo es. En cambio, el miércoles o el jueves, leí que habían detenido a una mujer y a su hija por estar planeando el asesinato de la pareja de ella y cobrar el seguro. No he visto los informativos todos los días pero en los que sí he visto, no he oído nada de éso. Debe ser que el hecho de que una mujer asesine, o intente asesinar, a su pareja no es noticia. ¿Y si son menores? Hace unos meses sacaron una encuesta en las que un porcentaje bastante preocupante de chicas estudiantes de ESO, veían normal que su pareja las controlara. Pero eso no es violencia. Es acoso escolar. Cosas de críos diría alguno.
La causa por la que retrasé esta publicación y que me obligó a irla rehaciendo, fue el caso de Juana Rivas y la que se montó con ello. Todo el tema judicial es italiano. Eso sí, muy poca condena. Ella vino aquí sabiendo lo que iba a generar en torno al apoyo que iba a recibir. Porque muy poco me dice una persona cuya pareja va a la cárcel por abusos pero que se va con él cuando sale. Son cosas que no entiendo. Como las de la mujer que defiende a su marido diciendo que la pega porque la quiere. O recibe mal a la policía que acude a su llamada. O que, simplemente, no denuncia. Por miedo o por lo que sea. Incluso que no haya denunciado porque no había malos tratos. Pudo ser  un accidente o que la pareja la matara por otro motivo. Hasta que fuera él quien recibiera los malos tratos. Porque las mujeres también maltratan, que no se crea nadie. Aunque por ser mujer no se la trate igual. Pueden protestar por el tema de los sueldos (protestas legítimas que yo comparto), por el número de cargos de responsabilidad (hay gente que vale y gente que no empezando por los que eligen) o alguna otra cosa. Pero sobre ésto, no. ¿Se recuerda el caso aquél del año pasado donde de vieron implicados los padres? Creo que era por una campaña para pagar un tratamiento o algo así. Pues él, a la cárcel. Ella, libertad bajo fianza y, ahí no estoy seguro, con el cuidado de los niños. Lucas Hernández, el jugador del Atleti, y su novia estuvieron metidos en un caso de violencia dónde, mira por dónde, que era peor era ella. Pues salvo la orden de alejamiento, y teniendo más delito (nunca mejor dicho), tuvo menos pena que él. Y cuando de van juntos de vacaciones, le detienen a él por incumplir la orden de alejamiento. Pero tampoco se habla de las denuncias falsas. ¿Cuántos hombres han ido a la cárcel sólo porque su pareja había denunciado malos tratos pero era mentira? Aunque sea así o haya estado sólo en los calabozos, es algo que va pegado a uno siempre.
Hay muchas cosas que tratar en este tema. Pero hay algo que me preocupa. Si en este decreto hay 200 nuevas medidas,¿qué tenía la anterior ley?¿Mucho hueco o poca chicha?
Por favor, paremos la violencia. Tratemos el maltrato físico y/o psicológico de la misma manera sea quien sea quien maltrate y sea quien sea quien reciba el maltrato. En una sociedad que quiere ser igualitaria, demostremos que todos somos iguales. Los hijos son de los padres. Los toros, de Guisando. Las cuevas, de Altamira. La violencia, de todos porque de todos en la lucha en su contra.

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