Como suelo decir en muchos de mis artículos, el texto está basado en impresiones personales que han sido generadas tras vivir experiencias propias, ajenas o imaginadas.
En el principio de los tiempos sólo había en
el mundo una pareja. Adán y Eva. Es lo que nos enseñaban, sobre todo cuando
íbamos a hacer la Comunión y nos hablaban de cosas de la Biblia. Eran dos meses
y no uno o dos años para prepararnos a hacerla.
A veces a uno le daba por pensar cómo se
formaría el mundo con sólo una pareja y que tuvieron dos hijos (se dice que
hubo un tercero, pero es algunas cosas de las que no se habla nunca). Tres
hombres y una sola mujer. Para procrear habría incesto, que es pecado. Caín
mata a Abel lo que es asesinato. Otro pecado. Y se queda la pareja.
No se puede imaginar la gente lo que uno puede
rayarse mientras da vueltas a su cabeza toda esta historia.
Pues bien, después de todo, en algún momento
aparece la soledad. ¿Es buena la soledad? Todo depende de la situación, el
tiempo, el momento, ……. La reproducción ha sido de lo más importante que ha
pasado por el mundo. Contra más hijos, mejor. En la Edad Media los padres
citaban (concertaban citas que muchas veces era en la boda directamente) a los
hijos para unir familias para unir, a su vez, tierras, poder, rebaños, …….
Es el germen de lo que ahora se llama “cita a
ciegas”. La definición del término era, es y será, que dos personas se reúnen
sin conocerse personalmente. Como mucho, de nombre. De apellido que era más
importante porque eran las familias las que organizaban el tema. Otra cosa es
que la pareja se mantuviera unida tras la boda. Unida en el sentido de que sólo
aparecían juntos en eventos.
Con el paso del tiempo todo ha ido cambiando.
Siempre se tenía un amigo o una amiga que conocía a un amigo o a una amiga con
quien se podría hacer buenas migas. Montaban el encuentro y luego podría pasar
o no. Una cita a ciegas. ¿Alguien cree que con la llegaba de internet esa forma
de actuar ha cambiado? ¿Alguien lo cree? Sí y no.
No porque siempre se tiene a un amigo o a una
amiga que conoce a un amigo o a una amiga. Y sí porque siempre se tiene a un
amigo o a una amiga que conoce a un amigo o a una amiga. Para que se vea que es
diferente el sentido, aunque escrito sea igual, diré que el amigo o amiga del
principio es que alguien del trabajo, vecino, familia, … y que habla del amigo
o amiga que tienen. La diferencia es que, en esta época, la labor del amigo o
amiga no es entera ya que hay móviles y se pueden poner en contacto ellos tras
esa primera parte. Pero, a pesar de ello, sigue siendo una cita a ciegas.
Y en la segunda frase, la fase final antes de
la cita, es a través de una aplicación que está en la web. La primera fase, que
es conocer esa aplicación, puede venir a través de un amigo o una amiga como
también a través de algún anuncio. Lo bueno que puede tener esta parte es que
filtras lo que quieres. Quieres alguien de tal sitio, edad, altura, gustos, …
Ves, te ven, visitas, te visitan, saludas, te saludan, chateas, ... Y hay veces
que surge la chispa. Chispa que puede empezar hablando desde fuera de la
aplicación. Chispa que puede empezar con hablar de quedar para tomar algo.
Chispa que puede empezar con pasar una velada divertida, alegre, interesante,
simpática, … Chispa que puede empezar por volver a la chispa anterior.
Esa chispa se puede repetir varias veces según
todo sea divertido, alegre, interesante, simpático, …
Chispa en este último párrafo, pero es chispa
tiene que saltar en todas las citas a ciegas en las que se busca quitarse la
venda. Sino, apaga y vámonos.