09 mayo 2017

Oda a la cultura.

Escucho con emoción que el Gobierno prepara un plan para incentivar la lectura. Sobre todo en los más jóvenes. No sé cómo saldrá ni cuánto costará pero si se consigue que, al menos, un niño/chaval/adolescente sea capaz de leerse un libro durante un curso, sería suficiente. Bueno, leer y entender. Recuerdo en mis tiempos de estudiante leíamos un libro por cada evaluación. Y, aparte de hacer un trabajo, una pregunta del examen de lengua era relativa al libro. Ahora, lo único que leen los chavales son los comentarios de wasap, feisbuc, tuiter e instagram si no hay más redes por ahí. Eso es lectura, sí. Pero no comprensión lectora como debe ser en la época formativa. Es decir, no saber lo que se lee sino entender lo que se lee que es lo que decía arriba. Leer puede estimular la imaginación, aprender el porqué de algunas cosas. Incluso las historias de algunos videojuegos. Pero, sobre todo, lo que más estimula es el uso de las neuronas. Porque esa comprensión lectora les hace mover el cerebro. Pero la lectura no sólo es para los jóvenes sino también para los mayores. Hace años era normal ver a gente en el metro leyendo un libro. Incluso el periódico. Pero leer. Ahora la gente lo lleva descargado en su dispositivo móvil. Los que lo llevan. Porque hay gente que sólo mira el móvil el 100% del viaje. Realmente es lo que tienen las nuevas tecnologías. Pero si a los niños les acostumbran a leer, incluso letras inmensas que complementen los dibujos, poco a poco descubrirán la belleza de la lectura, el montón de lugares (reales o imaginarios) a los que transportan a uno.
El plan, la idea está bien. Sólo falta que funcione.

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