03 julio 2019

No es no. Capítulo 2.

En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Si. Es el principio de El Quijote y tiene su sentido en este artículo. El hidalgo se va a recorrer el mundo (no es el mundo en sí) ayudando a la gente por creer que es su responsabilidad como caballero. Lo malo de la historia es que hace más mal que bien y que él ve las cosas de una manera y el resto, de otra. El tener la cabeza donde la tiene le sitúa en una realidad "novelística" y fantasiosa. Es otro mundo en el todo el mundo está. A más de uno le gustaría tener un mundo como ése pero, lógicamente, con la gente que esa persona quisiera que estuviera.
Pero la cosa va a ser que no. A pesar de tener un mundo, la gente que rodea a ese mundo está muy cerca. Y aprieta. Y busca. Y quiere. Necesito o no. Pero pide. Todo eso de lo pide a alguien que está autorizado (aunque no valga) pero no todo el mundo quiere autorizar a ese alguien.
Dado que El Quijote lo leí hace 40 años o así, no recuerdo los hechos puntuales por lo que dejaré de usarlo como referencia.
Hecha esta aclaración seguiremos con la persona (expresión que vale para masculino y femenino) y la autorización. Si digo no, me niego. Si digo que no es no me reafirmo en mi negación. O sea, si me preguntan por una autorización no la autorizo. Y me parece una decisión totalmente válida (porque lo pienso o por quien lo pide). Pero tú por dónde que la situación se repite pero cambiando las tornas. Se cambia El Quijote, el lugar de La Mancha .... etc, etc, etc. Y esa situación, también mira tú por donde, también hace cambiar a los de enfrente y entonces esa posición de la negación ya no vale. Lo malo es que no siempre llega uno de los tuyos, te aparta y hace que El Quijote de enfrente salga. Siempre hay tiempo de tirarlo, cosa que no piensan.

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